esos aliados negros
se tornan enemigos si vacilo,
afilan sus negras uñas
mientras a su lado camino;
esperando el momento acechan
con estentóreo sigilo
para desgarrar la esperanza
y ensangrentar mi destino.
si confundo el sueño y la vigilia,
si llega el instante de mi duda,
descoserán mis rojas hebras
con sus tijeras de humo negro;
con sus tenazas de negra niebla
van a separar mis nexos,
y sorberán con sus sucias trompas
mis fluidos más internos.
ahora marchan a mi lado,
embaucando a mi destino
son fieles oscuros aliados,
pero también son mi enemigo.
los oídos me regalan
con un dulce y mortal himno,
con un susurro me adulan
mientras clavan su cuchillo.
esos negros aliados
con sus astrales zarpas
impacientes, preparadas,
para en mis ojos clavarlas;
me acompañan sin permiso
y yo no les digo nada
no vaya a ser que devoren
para siempre mi garganta,
que despedacen mi cuerpo
y mi alma a dentelladas,
que me devuelvan al pozo
de la conciencia disipada.